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viernes, 4 de mayo de 2018

Paso a Paso: Pioz

Qué encontrarás en esta entrada?
  • Ruta Alcalá de Henares - Villalbilla - Corpa - Pezuela de las Torres - Pioz.
  • Crónica de la misma.
  • Fotos del camino.

Ha pasado casi un año pero no me he olvidado de ese extraño proyecto mío que consiste en recorrer a pie todos los pueblos de la Alcarria de Alcalá partiendo desde Alcalá de Henares. En mi última pequeña aventura llegué a Olmeda de las Fuentes. En el día de la Comunidad de Madrid (2 de mayo), he querido aprovechar para andar hasta salirme de ella, llegando a Pioz (Guadalajara).


La lista, al borde de tocar su fin, es la siguiente:

*Santorcaz es la única de estas rutas que no inicié desde mi casa, pero sí desde Alcalá de Henares.



Alcalá de Henares - El Gurugú

La ruta comienza, como casi todas, en el centro conocido como "Las Naves", límite de la zona urbana de Alcalá de Henares por el sur. No llegan a ser las ocho de la mañana de un dos de mayo (festivo en Madrid) y el día ha amanecido con nubes, aunque se nota una predisposición a despejar.

Desde ahí, bordeamos la Presa de los García (histórico molino complutense), dejándola a la izquierda, hasta el Puente del Zulema por el que pasa la M-300. Algo más adelante, nos encontramos con la entrada a Los Cerros de Alcalá, de los que en buen número de ocasiones hemos hablado en este blog.

Dentro del conocido localmente como "Parque Natural", tomamos una ruta similar a la que llaman "de la Puerta verde y el Camino del Retén", aunque en realidad vamos por el camino del sur, llamado "de los Barrancos".


El objetivo es atravesar el parque hasta el Gurugú (monte homónimo al africano, bautizado así por las prácticas militares que realizaron en la zona los soldado allí destinados). Tras los últimos pinos, y una breve cuesta un poco empinada, llegamos a un parquecillo y a la carretera M-213 (o "Carretera de Alcalá a Pastrana").


Son las ocho y cuarenta, y hemos recorrido poco más de 3 kilómetros, dejando atrás el pinar de Los Cerros para pasar a un paisaje de carretera, pero que nos durará poco, y es que por una vez creo que he conseguido diseñar una ruta interesante que minimice los pocos tramos de carretera inevitables.

El Gurugú - Villalbilla

A los pocos metros de seguir la M-213 nos metemos por el primer camino que encontramos a la izquierda. Éste nos lleva a la no mucho mejor M-204.


Sin embargo, de igual manera, unos metros más adelante, pasado el Polígono Industrial El Gurugú, nos topamos con el Camino de la Isabela.


No es la primera vez que nos metemos por la célebre senda (ya lo hicimos yendo a Valverde de Alcalá). El llamado "Camino Real de Fernando VII" se difumina un poco en la urbanización El Viso, reapareciendo en Los Hueros como "Camino Real", y un poco más adelante como "Camino de la Isabela". Este era el camino que seguían los reyes Fernando VII y Mª Isabel de Braganza a principios del sXIX para acudir a los Baños de Sacedón, bautizados como Real Sitio de La Isabela tras la muerte de la reina (hoy cubierto por el Embalse de Buendía).

Un poco más adelante giramos a la derecha por el Camino del Carrizal y éste nos lleva al túnel por el que cruzar cómodamente las vías del AVE.



Es un camino rodeado por campos (algunos de cereales, otros olivos), que acaba en una zona más industrial (el Polígono Industrial Prado Ancho), tras lo cual pasa a llamarse Camino del Chorro.


Al fondo se ve el llamado "Cerro Gordo" de Villalbilla.


Finalmente volvemos a salir a la M-204, pero ya a la altura de Villalbilla. Hemos alcanzado el primer municipio de nuestra ruta por la Alcarria de Alcalá.


Villalbilla - El Robledal

La siguiente parada es El Robledal. Propiamente, no es una localidad, sino que se trata de una urbanización perteneciente a Villalbilla, sin embargo, he creído que el tramo merecía mención especial sólo por su altitud, ya que llegan a alcanzarse los 860 m (siendo uno de los puntos más altos hasta llegar a Pezuela de Las Torres). La subida no es muy dura (ya que es por calles asfaltadas con inclinación moderada) y va compensando con algunas vistas.


Para ello, callejeamos un poco por la Carretera de Valdeláguila, el Camino de las Eras, el Paseo Pereda, de aspecto más natural y menos urbano que su sucesor, la Calle Álamo, tras la cual continuamos nuestro ahora urbano paseo hasta la Capilla de Nuestra Señora del Roble.


Esperaba encontrarme lago más "histórico", pero se trataba de una capilla moderna, sin demasiado interés a mi juicio.


En el cruce de la Avenida de la Olimpiada con la Calle del Maratón, bajo un cartel del club de golf, un insignificante sendero pasa desapercibido, pero se trata de nuestra ruta. La seguimos hasta lo más alto, dejando El Robledal atrás.

El Robledal - Corpa

Son las once menos veinte. Vamos muy por delante de nuestra previsora planificación. El sol baña los campos sacando sus colores, recordando a aquel famoso fondo de escritorio. Desde El Robledal ya es todo bajada hasta Corpa. Seguimos el camino que va hacia el sur, y que acaba encontrándose con la M-233.







Sin embargo, evitamos la carretera subiendo por el camino del Cerro de la Horca hasta llegar al pueblo.


Según la Wikipedia y otras fuentes, Corpa es un municipio de menos de 700 habitantes famoso por sus manantiales. Parece que sus raíces están ligadas a la reconquista, alrededor del año 1085. Se cree que por el municipio cruzaba alguna ruta de trashumancia entre Alcalá de Henares y Toledo, y que a ser el agua abundante en la zona, pudo ser un área de descanso que fue creciendo con el tiempo.







Destaca la Iglesia de Santo Domingo de Silos (s.XII) y el Palacio de los Marqueses de Mondéjar (s.XVI).


Corpa - Pezuela de las Torres

Algo antes de las once y media de la mañana, tras pasar el pilón, voy dejando Corpa atrás. El sol pega como para ir en manga corta, pero hay una brisa que a veces hace pensárselo dos veces. Pasamos a uno de los tramos más desérticos - en cuanto a afluencia de gente se refiere - que tiene la ruta.

El pilón de Corpa marca el inicio de varias sendas naturales etiquetadas por la cartelería de la zona. Son rutas cortas, de 5 a 7 Km más o menos. Continúo por  el Llano de la fuente y en el Camino del posadero un ciclista me adelanta: es la última persona que veo hasta Pezuela de las Torres (es decir, en unos 10 Km).


El paisaje alterna campos de cultivos con pinares, que dan paso a las zarzas y a un bosquecillo poco tupido de unos árboles de troncos oscuros y hojas amarillentas. De vez en cuando se ve también algunos olivos.



El camino es bastante estrecho y da la impresión de que no es demasiado transitado. En algunas partes más que camino es sólo la fina marca de los neumáticos de los ciclistas.

Pasada la zona conocida como "Cabeza del Lobo", la estrecha senda se une a caminos más amplios que marcan las lindes de enormes campos de cultivo. En concreto, ahora circulamos por el Camino de las Carretas, experiencia que sería de lo más agradable si no fuera porque los campos están recién abonados, con los hedores que esto implica. Más tarde nos desviamos a la izquierda por la Calle de los Claveles, que recorremos entera hasta dar con el pilón de Pezuela de las Torres.










Seguimos ahora la Calle de las Cruces hasta llegar al pueblo.



Pezuela de las Torres es un pequeño municipio de menos de un millar de habitantes. Entre su patrimonio, destaca la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora (s.XII - XVI) y su picota, símbolo de su emancipación como villa del alfoz Complutense en 1554.




Su origen principalmente va también ligado a la repoblación tras la reconquista. Al igual que Corpa, el agua es importante en la historia de Pezuela, y es que su mismo nombre parece derivar de los pozos que en su día surtían de agua a la zona.

Pezuela de las Torres - Pioz

Tras un breve almuerzo a la salida de Pezuela, me dispongo a continuar hasta Pioz. Tenía planificado ir por la carretera CM-234 en este último tramo, pero un extraño instinto explorador (y la certeza de que llegaba demasiado pronto para coger el bus de vuelta) me lleva a aventurarme por el Camino de las Navas, y a desviarme por un insignificante sendero que está marcado como vía pecuaria, pese a no verse a penas. Sorprendentemente, resultó ser una ruta natural bastante satisfactoria alternativa a la carretera.



Aunque no todo el monte es orégano. Mi pequeño sendero desemboca en el Camino del Llano Cobo, y a partir de cierto punto hay una zona llena de basura de lo que pareció ser un vertedero. En este punto cruzamos el límite de la Comunidad de Madrid, entrando ya en Guadalajara.



Más adelante, llegamos a la Cañada Real, y atravesando ésta, al Camino Cañada de Merinas. Aquí nos encontramos un extraño paisaje: casas abandonadas a medio construir, asoladas por el vandalismo. También hay una especie de cementera abandonada.




El camino continua directo hacia Pioz, nuestro destino final. No es hasta que llego a casa cuando reviso los caminos de entrada a Pioz y observo que el Camino de las Navas, que cogimos a la salida de Pezuela, también podría haberme llevado hasta allí sin pasar por el vertedero.

Pioz es, como hemos comentado, un municipio ya de Guadalajara, y no de Madrid. Como Corpa y Pezuela de las Torres, parece que su origen se remonta a la repoblación tras la reconquista en el s.XI. Pasa a manos de la familia Mendoza, quien deja su impronta histórica con la construcción de su castillo, con cierta reminiscencia al de Manzanares El Real (perteneciente también a la noble familia).





Y así llega a su fin un viaje de unos 32 Km y 7 horas, visitando algunos ilustres pueblos de la Alcarria de Alcalá, y terminando en un precioso castillo de Guadalajara.

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