Silent Echoes

¿Qué encontrarás en esta entrada?

• Presentación de mi último cortometraje de animación.
• Datos sobre el proceso para crearlo.

Silent Echoes es el nombre de mi último proyecto de animación. Tras el fiasco de Alissa (en el que no estaba muy motivado y, por tanto, no le he dado mucho bombo) y siguiendo un poco la idea de A Melancholic Walk, traigo una idea simple pero creo que potente: un poema descriptivo-paisajístico de una Alcalá desolada tras un cataclismo nuclear.

Os dejo a continuación el corto, antes de seguir hablando, para que lo veáis antes de los spoilers.

- POR FAVOR, VE EL VÍDEO ANTES DE SEGUIR LEYENDO -

La idea

Como comento, la idea es hacer una descripción a través de la fotografía de paisajes de cómo quedaría la ciudad donde vivo, Alcalá de Henares, tras la devastación nuclear. Por una parte, esta idea me motiva, porque la creación de paisajes postapocalípticos siempre me ha llamado la atención, y relacionarlo con lugares que conozco, lo hace para mi aún más interesante. Además, la animación se simplifica ya que no queda nada orgánico vivo y la mayoría del movimiento es debido a la traslación de la cámara practicando, en cierta manera, la composición fotográfica (con más o menos éxito).

Para mi, un futuro postapocalíptico conlleva melancolía, pero también, paz. Es la relativización de los problemas mundanos, es tranquilidad en la desesperación, es silencio en contraposición con el ruido de los tiempos actuales. Y es que ese es el concepto principal con el que quería trabajar: el contraste ruido-silencio, representado por la voces al principio y el viento al final.

La música

Parte importante de este tipo de proyectos para mi es la música. Para ello, he intentado componer algo que transmita melancolía y silencio. He elegido un piano para la parte principal que toca acordes lentos con notas graves que creo que transmiten cierta tristeza, junto con saltos cercanos entre las notas y alguna bajada de intensidad, que creo que transmiten cierta calma. El brillo del piano está amortiguado, como la sordera que podría causarse tras el sonido de una explosión, y el reverb está subido, como esos ecos que resonarían en un mundo vacío.

Aunque la primera versión utilizaba sólo piano y percusión (quizás debí haberlo dejado así), en la versión final he decidido meter unas voces corales, que conecten de cierta manera con la humanidad - ahora desaparecida - y una guitarra eléctrica que hace la envolvente superior de manera lenta, como un llanto por lo que ya jamás volverá a ser.

Os dejo aquí la canción en concreto:

Las localizaciones

Gran parte de la gracia de este corto es reconocer las localizaciones reales. He intentado ser relativamente fiel a las mismas, pero he estado limitado tanto por mis capacidades técnicas como por el tiempo, y es que mi motivación suele tener una fecha de caducidad bastante corta, por lo que intento finalizar los proyectos lo antes posible (en este caso, en 10 días).

Por orden:

• Escena 1 (caseta): Se trata de una localización inventada. Es la primera escena que modelé y, en ese momento, no tenía una idea de lo que quería hacer. Su significado es transmitir el silencio tras la desaparición de la humanidad.
  

• Escena 2 (Quadernillos): Tras Tragedia en Cuadernillos tenía claro que tenía que volver a traer el conocido centro de ocio complutense años después. Representa la actividad humana (o, en este caso, la ausencia de ella).
  

•  Escena 3 (calaveras): Esta escena es mi favorita, pero no está basada en ninguna localización concreta, ya que sólo es un primer plano sin contexto de ubicación. Más corta que el resto de las escenas, completa a la anterior en su mensaje de la desaparición de la humanidad.
  

• Escena 4 (gasolinera de San Isidro): Conocida por tener sobre ella un extraño tejado en forma de ovni o de yelmo. Utilizada en el corto para reflejar el agotamiento de los recursos.
  

• Escena 5 (Magistral): La conocida catedral de Alcalá, utilizada en el corto como un símbolo de la pérdida de la fé.

• Escena 6 (Alcalá la Vieja): Uno de los hitos históricos de la ciudad, la fortificación árabe que le da nombre. Un símbolo de la guerra en el corto.

 

• Escena 7 (La Tierra): Desertificada, representa la tranquilidad vista desde el espacio, el vacío que queda al final de todo.
  

 

Cartelería

Otra cosa que me ha gustado mucho hacer en este corto es incluir parte "hecha a mano". Para ello, he tirado mucho del S-Pen y de la aplicación de Notes de Samsung.

 

Cartel para una manifestación antibélica. Está programada para el 23 de octubre de 2077 (fecha en la que cayeron las bombas en la saga de videojuegos Fallout).

Cartel 'Fallout New Alcalá' (en referencia al videojuego Fallout New Vegas y al barrio llamado Nueva Alcalá) para una reunión de Los Hijos del Átomo (facción del Fallout que adoraban a la radiación)

Una referencia más a la saga Fallout y a su lema War Never Changes. En este caso, es una pintada sobre Alcalá la Vieja, conectando guerras pasadas y futuras.

 

Un trabajo bien organizado

Uno de las cosas más frustrantes en estos trabajos es la renderización. Después de tenerlo todo "hecho", queda que se vaya creando el vídeo. Este es un proceso tedioso que tarda horas y en el que cualquier rectificación conlleva un considerable retraso.

 

Para este proyecto he depurado un excel con el que venía trabajando en proyectos anteriores. En él, intento incluir todos los cálculos útiles para este tipo de trabajos, así como una estimación de tiempos que me ayude a organizar las distintas tareas.

 

 

A modo de resumen, en unos 10 días que ha durado el proyecto se han acumulado más de 200 horas reenderizado (es decir, el ordenador ha estado trabajando una media de más de 20 horas diarias a pleno rendimiento). Estas horas incluyen tanto el tiempo de renderización de los archivos finales, como de pruebas intermedias. Si descontamos las pruebas, el ordenador ha estado trabajando más de 150 horas para generar al rededor de dos minutos y medio de vídeo final bruto (previo a la maquetación).

Un corto muy inteligente

Al igual que hiciera con Alissa (con escaso éxito en aquel entonces), he abierto un hilo de trabajo dedicado a este proyecto con la inteligencia artificial Bard. Quería explorar esta nueva tecnología de los chats conversacionales y sus posibles aplicaciones en el proceso creativo.

He utilizado a Bard de varias formas: desde para buscar información hasta confrontar ideas creativas. Con sus aciertos y fracasos, Bard me ha dado consejos técnicos (como qué formato de vídeo usar o qué tasa de fotogramas sería más adecuada), me ha guiado en la resolución de dudas sobre el software que he usado, me ha dado sugerencias creativas e incluso ha interpretado y valorado la obra final (de ahí el guiño de las reseñas del cartel del principio).

Decir que aún está muy verde: muchas de las respuestas que me ha dado han sido incorrectas. Aún así, me han servido de base para investigar y dar con la opción adecuada. En alguna ocasión ha tenido una chispa de "creatividad", lo que me ha hecho preguntarme hasta qué punto es una obra tuya si la pones en común con una IA. Yo he preferido no usar a Bard para que me dé directamente ideas creativas, sino para confrontar las mías propias. De esta manera, siento menos herida mi humanidad al ser yo quien propone las ideas, pero las respuestas de Bard me pueden ayudar a ver cómo serían percibidas y poder afinarlas mejor. Es como una forma activa de forzarse a pensar en voz alta, pero tienes además a "alguien" que te contesta.